Las estaciones de esquí francesas ante un futuro sin nieve: una realidad preocupante

Las altitudes elevadas atraen cada año a miles de entusiastas que desean disfrutar de la nieve y del ambiente montañés. El panorama alpino sigue siendo una joya que hay que preservar a pesar de las preocupaciones relacionadas con el aumento global de las temperaturas. Las actividades relacionadas con el esquí han sido durante mucho tiempo sinónimo de dinamismo económico para muchas regiones, y las estaciones de esquí francesas son un ejemplo notable. La disminución progresiva de la nieve pone de manifiesto un futuro sin nieve, sembrando dudas sobre la viabilidad del esquí alpino y del esquí nórdico. Los habitantes se movilizan, adaptan sus ofertas y buscan soluciones sostenibles para el esquí con el fin de mantener una identidad local, mientras evitan una hemorragia de empleos. También hay una toma de conciencia masiva sobre el impacto del cambio climático que amenaza directamente estas áreas nevadas. Varias estaciones de esquí de renombre como Chamonix, Val d’Isère o Les Deux Alpes no escapan a la necesidad de reinventarse.

🌡️ Entender el impacto del calentamiento global en las estaciones francesas

  • Los Alpes se calientan el doble de rápido que la media mundial, poniendo en peligro la viabilidad del esquí alpino en altitudes bajas y medias.

🏔️ ¿Por qué algunas estaciones ya han cerrado sus puertas?

  • El alto costo de los cañones de nieve, la disminución de la nieve natural, la rentabilidad insuficiente y la infraestructura envejecida llevan a cierres o reconversiones.

🔄 Diversificación de actividades: la clave de la supervivencia

  • 🚵 BTT de descenso, 🥾 senderismo, 🧘 estancias de bienestar, 🎵 festivales culturales: alternativas para atraer visitantes fuera de la temporada invernal.

🌿 El papel crucial del ecoturismo

  • Alojamientos ecoetiquetados, restauración orgánica y local, senderismo naturalista… Prácticas sostenibles para atraer a un nuevo público preocupado por su impacto ambiental.

💡 ¿Se puede salvar aún el esquí alpino?

  • Sí, pero a través de soluciones híbridas: pistas sintéticas, esquí nórdico menos demandante en recursos y tecnologías más eficientes energéticamente.

💶 Financiación e implicación ciudadana: un modelo de futuro

  • 💬 Crowdfunding, asociaciones público-privadas y gestión asociativa para mantener temporalmente actividades nevadas. Ejemplo: donaciones locales para salvar telesillas.

☀️ El auge de las ofertas turísticas de cuatro estaciones

  • Un turismo plurisacional gana terreno: 🌼 primavera florida, 🍂 otoño de tonos dorados, 💧 actividades acuáticas en verano completan la oferta invernal.

🌬️ Energías renovables y estaciones responsables

  • Aerogeneradores, paneles solares y soluciones de bajo carbono ayudan a limitar la huella ecológica, mientras refuerzan la atracción sostenible de las estaciones.

🏕️ Nuevos modos de alojamiento para una experiencia única

  • Cabaña elevada, glamping, tiendas equipadas o furgonetas convertidas atraen a un público en busca de originalidad e intimidad con la naturaleza.

🎯 ¿Qué macizos resistirán mejor?

  • Las estaciones de altitud como Chamonix o Val d’Isère todavía disfrutan de suficiente nieve. Sin embargo, incluso estas áreas están explorando activamente estrategias de diversificación.

Algunas apuestan por la diversificación veraniega, otras se apoyan en prácticas suaves, como el senderismo o el ciclismo, generando interés entre los visitantes en busca de calma y descubrimiento. Este fenómeno también prevalece a nivel internacional, ya que las regiones de alta montaña buscan todas hacer frente a la erosión de los recursos naturales. Esta realidad invita a cuestionar cómo las montañas francesas pueden mantener su atractivo a lo largo de las estaciones, sin descuidar la protección de la biodiversidad y el apoyo financiero indispensables. Algunas estaciones más modestas apuestan por la alianza de asociaciones de voluntarios y de asociaciones locales, mientras que otras se comprometen decididamente en estrategias sostenibles recurriendo a energías renovables. El impulso creativo se refuerza a medida que la presión ambiental se hace más palpable. Emergen varias estrategias: eventos culturales, festivales deportivos, valorización del territorio, todo esto para compensar la disminución de la clientela que venía a deslizarse por las pistas. La población se muestra decidida, como en algunas comunas de montaña donde las donaciones ciudadanas mantienen aún un funcionamiento mínimo en las pistas nevadas. El deseo de preservar un legado es fuerte, pero la necesidad de transformarse parece vital a largo plazo.

Un cuadro comparativo ilustra la problemática relacionada con el futuro del esquí frente a la incertidumbre climática.

Tipo de iniciativaVentajasDesventajas
Cañones de nieveProlongan temporalmente la temporadaAltos costos y dependencia del frío
Diversificación veraniegaEstabilidad económica más ampliaImportantes inversiones iniciales
Gestión asociativaMoviliza a la población localRiesgo de falta de recursos financieros
Energías renovablesImagen ecológica positivaDependencia de las condiciones climáticas para aerogeneradores / solar
Ofertas turísticas de cuatro estacionesMás visitantes fuera del inviernoNecesidad de adaptación de infraestructuras

Reinventar los dominios nevados: de la prosperidad pasada a las incertidumbres presentes

Panoramas espectaculares bordean los macizos donde se han constituido verdaderas aldeas enteras alrededor de la temporada invernal. El auge del turismo de nieve ha moldeado durante mucho tiempo la geografía económica y social de varias regiones montañosas. En medio siglo, los lugares antes aislados han visto afluir enormes multitudes. Las infraestructuras se han multiplicado: alojamientos, remontes, escuelas de esquí y comercios florecientes. Muchos ejemplos demuestran que estas áreas se han enriquecido gradualmente gracias al esquí, apoyando a generaciones de familias que viven en la zona. Las cambiantes condiciones climáticas ahora desestabilizan este esquema secular.

Las pequeñas comunas de media altitud están en la primera línea, ya que pierden progresivamente su manto de nieve a principios y finales de temporada. El calentamiento, dos veces más rápido en algunos valles alpinos que en otros lugares, reduce la fiabilidad de nuestros paisajes nevados. A su vez, el costo de funcionamiento de los dominios aumenta. Los cañones de nieve no resuelven todo, ya que su eficacia depende de las temperaturas negativas y su implementación requiere costosas inversiones. Las finanzas públicas de muchas localidades se resienten. Los déficits se acumulan, poniendo en peligro la supervivencia de algunas instalaciones. Algunas comunas deciden cerrar sus pistas, vender su equipo, abandonar completamente el esquí mecánico y considerar un futuro diferente.

Esta situación marca un giro importante. Algunas municipalidades intentan transformar su oferta para retener a los viajeros. Entre paseos nocturnos con lámparas frontales, actividades culturales para familias y desarrollo de nuevos servicios, como la promoción de la gastronomía local, florecen las ideas. El objetivo es compensar la desaparición progresiva de la actividad reina. Las asociaciones con otras estaciones situadas más arriba a veces permiten atraer a los esquiadores por la noche, por ejemplo. Otras exploran una acogida centrada en el bienestar, como la creación de spas o la apertura de refugios de altura destinados a la relajación.

La dinámica invernal, por su parte, se transforma a gran velocidad. Algunos visitantes ya no viajan por semanas enteras de esquí, preferiendo estancias cortas u actividades más asequibles. El presupuesto familiar pesa bastante: forfaits, alojamientos, alquiler de material. En una perspectiva de economía, muchas personas ahora priorizan las salidas al aire libre sin necesariamente lanzarse por las pendientes. Caminan con raquetas, capturan panoramas o se embarcan en pequeñas caminatas invernales. El esquí alpino de ocio puro y duro sigue siendo popular, pero debe compartir su público.

Una actitud consciente del contexto climático fomenta la diversificación. Los valles buscan un equilibrio entre la preservación de los ecosistemas y la necesidad de ofrecer nuevos servicios para consolidar la economía local. En los Altos Alpes, varias iniciativas destacan el ecoturismo mientras aprovechan al máximo el período nevado. Los modelos se multiplican, a veces inspirándose en lo que se hace en Austria donde el turismo en verano ya supera con creces al de invierno.

descubre cómo las estaciones de esquí francesas se preparan para afrontar un futuro incierto ante la disminución de las nevadas. análisis de los desafíos ambientales y soluciones contempladas para preservar la industria del esquí en Francia.

Adaptaciones y pistas audaces

Colectivos ciudadanos se movilizan para recaudar fondos y mantener temporalmente la actividad nevada en ciertos dominios. Las iniciativas son testimonio de un profundo apego cultural al esquí y a la belleza de las cumbres. Las comunas que aceptan externalizar la gestión de su estación buscan socios dispuestos a invertir en infraestructuras capaces de operar todo el año: recorridos temáticos, tirolinas, descensos en BTT o nuevas formas de deslizamiento estival. Varias empresas privadas encuentran interés en participar en estos proyectos, viéndolo como un medio simbólico para contribuir al mantenimiento de una riqueza patrimonial.

Las asociaciones de voluntarios dan un ejemplo inspirador. Gestionar los remontes con el apoyo de la población, recuperar material antiguo, alargar la vida útil de los telesquís existentes, son ideas para extender un poco el período en el que la nieve permanece explotable. En el corazón de estos desafíos, la hospitalidad montañesa permanece: restaurantes, cafés, hoteles, refugios fomentan la convivialidad y el encuentro. Las estaciones que ya no pueden contar con nieve fiable apuestan por la belleza de sus panoramas otoñales o primaverales, incitando a los visitantes a descubrir los alrededores fuera de la temporada fría.

Buscar el equilibrio económico: cuando la nieve se derrite, la innovación toma el relevo

Diversificar los ingresos es imperativo. Las estaciones se abren a eventos deportivos y culturales: maratones, festivales musicales, concursos gastronómicos, encuentros artesanales. El ambiente celebra un arte de vida local, lejos de la simple búsqueda del rendimiento en los esquís. Los visitantes participan en talleres de fabricación de quesos, prueban trineos sobre rieles, exploran rutas sensoriales en el bosque o incluso observan las estrellas en alta montaña a través de veladas temáticas. Mantener la estabilidad económica a la vez que se reducen los gastos relacionados con el invierno, esa es la nueva realidad.

El diagnóstico es lo suficientemente grave como para empujar a los más grandes dominios a repensar su modelo. El esquí nórdico se convierte en un complemento apreciado, menos dependiente de remontes caros. Varias localidades lo han integrado desde hace tiempo, como una oferta más verde y accesible. También constituye una alternativa para los amantes del deslizamiento preocupados por disminuir la huella ambiental de sus estancias. El costo de los forfaits es mucho más bajo, y las exigencias técnicas sobre la nieve no son las mismas que para el esquí alpino.

Emergen iniciativas en Francia para encuadrar esta transición. Mesas redondas, apoyadas por agendas locales, unen a autoridades, profesionales del turismo y asociaciones ecológicas. El objetivo es despejar una estrategia para preservar el atractivo de los macizos. La adaptación de los alojamientos (casas, auberges, cabañas) está en el centro del debate. Algunos adoptan sistemas de calefacción más respetuosos con el medio ambiente, otros buscan ahorrar agua utilizada en los cañones de nieve, mientras que algunas estaciones trabajan en la reconversión de espacios originalmente reservados para el esquí en zonas que reposan sobre una biodiversidad recuperada.

El contexto es a veces paradójico. Francia, segunda potencia mundial en turismo invernal, ve erosionarse el oro blanco sobre el que se ha apoyado. Las estaciones de esquí de renombre como Chamonix o Val d’Isère mantienen su atractivo gracias a una altitud más elevada o a una notoriedad adquirida durante mucho tiempo. Los valles más bajos sufren más. Diversos grupos de reflexión publican estudios cuantitativos que retratan un futuro difícil si las temperaturas continúan aumentando. Los modelos austriacos o suizos son observados de cerca, destacando un cambio hacia ofertas plurianuales.

Las estructuras que invierten en infraestructuras de ocio estival, en centros de bienestar o que desarrollan un turismo verde se destacan. La nieve residual ya no es la única clave de atracción. Las familias que quieren divertirse en la montaña durante el verano se orientan hacia el ciclismo, el senderismo, los parques de aventura, a veces en torno a música, exposiciones artísticas o mercados gastronómicos. Emergen nuevos tipos de hoteles, lo que incentiva la llegada de visitantes durante períodos más prolongados.

Proyectos de financiación y soluciones híbridas

Las colectividades buscan arrendadores privados o asociaciones público-privadas para suavizar las inversiones. Pistas más verdes, compuestas de materiales sintéticos, también están en estudio en ciertos sectores. Las estaciones intentan ser atractivas a pesar de un futuro sin nieve garantizado durante ciertos períodos cruciales. Algunas plataformas de financiación participativa ayudan a reaperturar temporalmente telesquís. Esta gestión participativa nutrida por la comunidad local y los turistas demuestra que el apego a los deportes de deslizamiento no disminuye. Varios sitios, como aquellos que ofrecen podcasts dedicados a los deportes de invierno, sensibilizan a un amplio público a través de la información y el testimonio de expertos.

El abanico de acciones es amplio. Las más audaces consisten en revalorizar la montaña fuera de la temporada fría, con actividades más naturales y menos consumidoras de energía. Soluciones alimentadas por energía solar o eólica ya atraen la atención. En algunos macizos, los antiguos sitios emblemáticos son revisitados en forma de senderos históricos, casando así cultura y deporte ligero. Las aldeas que solo explotaban el esquí alpino ahora se inspiran en el esquí nórdico o incluso en iniciativas escandinavas, apoyándose en dominios planos y bucles forestales, menos exigentes en nieve artificial. Este enfoque se quiere más sostenible, manteniendo un dinamismo local apreciable.

Perspectivas medioambientales: conjugar preservación y atracción turística

Las montañas albergan una biodiversidad valiosa. El impacto del cambio climático se convierte en inseparable de toda política turística. Ya no se trata de ignorar el derretimiento acelerado de los glaciares, la fragilización de los suelos montañosos o la escasez de fauna y flora endémicas. Mantener los dominios nevados a toda costa resultaría demasiado caro, tanto financieramente como ecológicamente. Los científicos fomentan la elaboración de planes globales con el objetivo de reducir la huella de carbono, el uso razonable de las reservas de agua y la protección de espacios naturales contra la urbanización desmesurada.

Regiones como Saboya o Alta Saboya ya despliegan cartas ecoturísticas. Los objetivos incluyen: reducir la dependencia de energías fósiles, optimizar el transporte colectivo para llegar a las estaciones, fomentar el alojamiento eco-responsable. El ejemplo de comunas que retiran sus remontes obsoletos demuestra que la montaña tiene vocación de reinventarse. La importancia de la ganadería pastoral reaparece. Los prados abandonados a los cañones de nieve recuperan sus funciones agrícolas en la bella temporada. Las iniciativas de reforestación y mantenimiento de los espacios boscosos se vuelven más frecuentes.

Los operadores turísticos también proponen fórmulas repensadas. Algunos sitios como este sugieren a los turistas mezclar el placer de la montaña y la conciencia ambiental. Las estancias combinan alojamiento ecoetiquetado, visitas guiadas en plena naturaleza, talleres de sensibilización sobre la fauna local. Aventures como la observación de los chamois o el encuentro con productores locales de productos lácteos podrían volverse más populares que un descenso rápido por un largo glaciar. La sensación de aprender y de tejer un vínculo responsable con el medio alpino refuerza la experiencia de viajar.

Algunas macizos también se dirigen a la cuestión de la movilidad verde. Servicios de transporte eléctricos conectan las estaciones de tren de alta velocidad con los pueblos, limitando el uso de vehículos individuales. Se crean zonas de carpooling cerca de las estaciones. Se ofrecen descuentos a aquellos que se desplazan en tren o autobús. Compañías ferroviarias se organizan para ofrecer nuevas líneas estacionales, útiles para los vacacionistas que desean llegar a los dominios más altos aún preservados de un suficiente manto de nieve.

Sensibilización y resiliencia

La mayoría de los viajeros a veces ignoran la magnitud de la situación. Informar sobre las realidades climáticas locales puede fomentar una forma de turismo más responsable. Las estaciones se movilizan para explicar los desafíos ambientales de la montaña, los retos para mantener ciertos niveles de vida, mientras muestran que hay una alternativa al todo-esquí. Los niños que crecen en estos valles ya perciben la disminución de las nevadas. Se inician en otras disciplinas al aire libre, descubren deportes menos demandantes en recursos, o participan en la sensibilización contra el desperdicio.

Las escuelas o asociaciones organizan salidas pedagógicas, descifran el impacto del deshielo del permafrost en el equilibrio de las laderas. Los guías de media montaña comparten su experiencia, invitando a observar los cambios en la fauna y flora, así como a reflexionar sobre el futuro de las actividades invernales. Varios países vecinos intercambian sobre sus prácticas: ¿cómo seguir acogiendo un turismo de calidad a pesar de la degradación de cierto equilibrio estacional? Las devoluciones de experiencia llegan, estaciones de Colorado o de los Pirineos catalanes enfrentan las mismas problemáticas. Se tejen lazos para compartir ideas y buenas prácticas.

Enfoques culturales y diversificación de ocio para estimular los macizos

La ampliación de la oferta deportiva y cultural es un impulso importante para prolongar la llegada de visitantes. Programas de talleres artesanales, visitas a granjas locales, conciertos organizados en invierno valoran de otra manera la montaña. Los vacacionistas sienten un vínculo más íntimo con el entorno, lejos de la simple búsqueda de velocidad en pistas abarrotadas.

Muchas estaciones, incluso aquellas reconocidas mundialmente como Les Deux Alpes, desarrollan ambientes festivos aún más marcados, apoyados por la presencia de discotecas, eventos bailables al aire libre, restaurantes gastronómicos. Otras ofrecen esquí fuera de pista responsable, escalada en hielo si las condiciones lo permiten, o esquí de travesía. Este último atrae a un público fascinado por la dimensión contemplativa de la naturaleza en altura. Estas actividades requieren un importante nivel de conciencia y el respeto de las normas de seguridad, pero representan un nuevo aliento para los apasionados.

Los vacacionistas curiosos también se interesan por la gastronomía montañesa. Descubrir la raclette, la tartiflette original, el queso fundido reinterpretado, o las especialidades dulces locales. Algunas valles se adentran más al ofrecer circuitos de degustación, maridajes de vino y comidas, con un fondo de información sobre la microeconomía regional. Los refugios se organizan para recibir grupos al final del día, ofreciendo un momento de convivencia alrededor de productos locales, lejos de la agitación turística. Los encuentros suelen ser ricos en autenticidad, un gran activo para impulsar la atracción en cada temporada.

Rol de los medios y plataformas sociales

Las redes sociales están tomando un papel cada vez más esencial. Las estaciones tienen sus cuentas oficiales para promocionar en directo sus novedades. Las fotografías de un atardecer sobre el macizo aún nevado, los testimonios de vacacionistas explorando actividades inusuales, las festividades de año nuevo en alta montaña: todo se difunde, inspirando a otros a venir a probar. Los hashtags invitan a compartir, incluso cuando la nieve es escasa. Los influencers, embajadores del slow-travel, muestran que los deportes alpinos se renuevan. Entre la contemplación, la relajación y la conciencia ambiental, la montaña adopta un nuevo rostro. Emergen discusiones: ¿cómo mantener la fama de estos lugares sin sobreexplotarlos? Las iniciativas para fomentar el carpooling, promocionar alojamientos ecológicos y sensibilizar sobre la reducción de residuos están tomando fuerza.

El relevo de las cadenas de información, a veces internacionales, pone de relieve la situación de ciertas estaciones amenazadas de cierre. Reportajes sobre la fragilidad de la alta montaña, la transformación de la vida cotidiana en los valles, no dejan de circular. Los medios en línea, como este, a menudo mencionan descuentos especiales, promociones de última hora para atraer a las familias. Todo esto dinamiza la comunicación y recuerda que el corazón de la montaña puede seguir latiendo, siempre que se innove y respete su ecosistema.

Iniciativas colectivas, futuro del esquí y voluntad de transformar la montaña

Más allá de las consideraciones económicas y ecológicas, la dimensión social sigue presente. Los trabajadores temporales, los restauradores, los monitores de esquí, los guías de alta montaña, los hoteleros: todos están involucrados. Mantener un tejido de empleos requiere solidaridad, ajustes financieros y un espíritu de apertura. Las autoridades locales buscan desarrollar la pluriactividad: permitir que los monitores se conviertan en animadores de naturaleza en verano, o alentar a los emprendedores que desean crear una tienda de productos artesanales locales.

En los altos valles, circulan proyectos para fomentar el teletrabajo prolongado. Algunas aldeas ofrecen ahora la posibilidad de alquilar espacios de coworking. Los trabajadores nómadas encuentran aquí un ambiente inspirador, al aire libre, y participan en la vida local durante períodos habitualmente bajos. Crear una economía diversificada ayuda a reducir la dependencia de la nieve. Las estaciones enclavadas aspiran a descongestionar sus conexiones de internet para recibir a estos nuevos residentes temporales. Las municipalidades también invierten en la renovación de antiguos chalets, adaptan caminos para facilitar el acceso en todas las estaciones.

A nivel cultural, la montaña vuelve a ser un lugar de encuentro. Se llevan a cabo diferentes festivales en primavera. Competiciones internacionales de deportes extremos, BTT sobre nieve residual, o maratones de baile sobre hielo efímero cautivan a un público variado. Los medios muestran este rostro inusual de dominios anteriormente dedicados solo a la práctica del esquí tradicional. La diversificación también ayuda a atraer nuevos patrocinadores en el mundo deportivo, lo que beneficia a comunas que a veces han sufrido una disminución de notoriedad.

El renacimiento de la montaña se realiza por etapas. Diferentes líneas de reflexión asocian asociaciones, poderes públicos, amantes de la naturaleza y actores del turismo. Los observadores notan que esta evolución también afecta a las estaciones de otras regiones, que se enfrentan a las mismas limitaciones climáticas. Los encuentros internacionales sobre el clima proponen a menudo talleres específicos alrededor de los dominios esquiables. Allí se habla de tecnologías de nieve artificial más responsables, del uso medido de reservas de agua, de asociaciones transfronterizas donde varias estaciones se coordinan para repartir sus flujos turísticos.

Los alojamientos ecoetiquetados son un ejemplo concreto. Alimentados por paneles solares, equipados con sistemas de recuperación de aguas pluviales, ofrecen un confort moderno limitando su impacto sobre el medio ambiente. La sensibilización sobre el compostaje, el reciclaje y la reducción del plástico forma parte de la experiencia propuesta a los visitantes. Los directores de estos establecimientos suelen notar un creciente interés, especialmente entre los jóvenes y las familias deseosas de viajar de manera diferente. Surge entonces la pregunta sobre el alcance de estas iniciativas: ¿es un fenómeno de nicho o una tendencia destinada a extenderse a todos los valles franceses?

De la nieve a las actividades de cuatro estaciones

Las estaciones de prestigio como las de Alta Saboya gozan de un aura internacional. La acogida de eventos deportivos o el atractivo de sus panoramas excepcionales les permite mantener un flujo parcial de visitantes, incluso cuando la nieve es escasa. La presencia a menudo mayor de glaciares o cumbres a gran altitud ofrece garantías temporales sobre la calidad de la nieve. Las conexiones ferroviarias, la voluntad de promover un turismo responsable y la capacidad de acoger festivales todo el año refuerzan su resiliencia.

Muchos viajeros se preguntan entonces sobre el mejor momento para descubrir la montaña sin las multitudes. Algunos eligen la primavera, cuando los campos se cubren de flores y el manto de nieve aún persiste en altitud. Otros prefieren el otoño, por los colores ardientes de los bosques. Esta evolución del calendario turístico podría compensar parte de las pérdidas relacionadas con el invierno que se acorta. Los profesionales del sector apuestan por una prolongación de la temporada estival con la apertura de actividades de forma continua, contribuyendo a aliviar la dependencia de solo unas pocas semanas nevadas.

Para alargar la aventura, se germina la adopción de nuevos modos de alojamiento. Tiendas equipadas, cabañas elevadas, furgonetas convertidas en mini-chalets. Independientemente del manto de nieve, la belleza de los paisajes alpinos seduce y el placer de dormir al pie de un paso o cerca de un acantilado constituye ya una experiencia en sí misma. Las comunas reflexionan sobre la gestión de estos alojamientos nómadas: garantizar la limpieza de los lugares, organizar la recolección de residuos, asegurar los accesos en caso de intempéries. Diferentes plataformas especializadas en reservas en línea afirman observar un notable interés por estas estancias originales en altitud.

Lista recapitulativa sobre el tema «Las estaciones de esquí francesas frente a un futuro sin nieve«

  • Calentamiento climático acelerado en ciertos macizos alpinos
  • Cierre progresivo de estaciones a baja altitud
  • Financiación e iniciativas ciudadanas para mantener el esquí
  • Reconversión de los dominios en espacios estivales polivalentes
  • Importancia de la sensibilización ecológica de los vacacionistas
guidevoyage
guidevoyage
Artículos: 72913