EN RESUMEN
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La hermosa Venecia, a menudo considerada una obra maestra arquitectónica suspendida entre cielo y agua, podría conocer días oscuros si se cree en las previsiones de los investigadores italianos. Un estudio reciente pone de relieve proyecciones alarmantes sobre el nivel del agua que, para finales de siglo, podría sumergir la ciudad de los Dogos bajo un diluvio amenazante, cuestionando el futuro de esta ciudad emblemática. Entre el aumento del nivel del agua y el debilitamiento del suelo, la fragilidad de Venecia nunca ha sido tan palpable, presagiando un futuro incierto para sus majestuosos palacios y sus cautivadoras calles.
Venecia, esta maravilla flotante de mil caras, se encuentra en la encrucijada entre sueño y pesadilla. Mientras millones de visitantes acuden cada año para admirar sus canales y sus palacios, un estudio reciente del Instituto Nacional de Geofísica y Vulcanología (INGV) arroja una luz inquietante sobre el futuro de la ciudad lacustre. Los investigadores anuncian que, debido al cambio climático y a la subsidencia, Venecia podría estar sumergida para finales de siglo, llevando consigo una parte de su patrimonio mundial. El sistema de protección MOSE, diseñado para proteger la ciudad, podría no ser suficiente para preservarla de este inexorable aumento del agua.
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Una ciudad bajo presión #
Los habitantes de Venecia viven con el agua como cómplice, pero también como amenaza. En noviembre de 2019, un evento trágico marcó la memoria colectiva: el agua había alcanzado los 187 cm sobre el nivel de referencia, inundando cerca del 85% de la ciudad. La plaza de San Marcos, símbolo emblemático de la ciudad, había sido invadida, con más de un metro de agua a sus pies.
Desde 2020, se ha activado el sistema MOSE (Modulo Sperimentale Elettromeccanico). Sus presas móviles, diseñadas para elevarse frente al aumento del agua, se supone que deben proteger a Venecia de las marejadas altas creando una separación entre el mar Adriático y la laguna. Pero frente al incremento del nivel del mar y la subsistencia de algunos barrios, la cuestión de su efectividad se plantea cada vez más. Los investigadores informan de tasas de hundimiento del suelo que oscilan entre 0,9 mm y 2,9 mm por año, lo que podría traducirse, a lo largo de un siglo, en varios centímetros adicionales de profundidad bajo las aguas.
¿Qué nos depara 2100? #
Cuando se echa un vistazo en el espejo retrovisor de las proyecciones climáticas, los investigadores ofrecen varios escenarios que nos dejan perplejos. En la óptica más optimista (SSP1-2.6), el nivel del mar en Venecia podría elevarse unos 60 cm para 2100. En cambio, el escenario más pesimista (SSP5-8.5) predice un aumento que alcanza de 80 a 90 cm.
Concretamente, imagínalo. La basílica de San Marcos, ya afectada por las filtraciones salinas, vería su umbral inundado unas 60 veces al año. Para 2100, incluso el MOSE podría no poder evitar que esta noble arquitectura se encuentre bajo el agua más de 250 días al año. ¿Y qué decir del Gran Canal? Los opulentos palacios de ayer podrían convertirse en recuerdos sumergidos, invisibles para los futuros visitantes.
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Cuando el MOSE ya no será suficiente #
Inicialmente diseñado para resistir una elevación entre 60 cm y 3 metros entre los niveles del mar y de la laguna, el sistema MOSE se ve hoy en cuestión. Con proyecciones alarmantes por parte de los científicos, no sería sorprendente que este arsenal de protección pase de la esperanza a la ineficacia. La memoria de inundaciones extremas como la de 1966, cuando el agua alcanzó los 194 cm, podría renovarse y enfrentar a Venecia a otro tipo de desastre.
Además, las consecuencias de esta crisis también afectarían a otras islas de la laguna. Por ejemplo, la isla de Burano, famosa por sus casas coloridas, podría ver casi el 50% de su superficie regularmente sumergida, mientras que Sant’Erasmo, verdadero jardín de Venecia, podría perder el 52% de sus tierras cultivables. La pequeña Venecia de Chioggia sería la más afectada, con el 81% de su superficie en peligro. Una mutación total del paisaje de esta ciudad declarada Patrimonio Mundial de la UNESCO.
Un futuro incierto: adaptarse o desaparecer #
Venecia siempre ha mostrado una impresionante resiliencia, sobreviviendo a crisis que casi la han hundido. Hoy intenta adaptarse a la magnitud sin precedentes de los desafíos climáticos que pesan sobre su existencia. Diversas soluciones ya están surgiendo: la elevación de los muelles y de las zonas públicas está en curso en algunos barrios, mientras que arquitectos exploran viviendas anfibias inspiradas en técnicas neerlandesas.
Sin embargo, queda una pregunta crucial: ¿hasta qué punto estamos dispuestos a invertir para preservar este patrimonio único? Después de un costo inicial de 6 mil millones de euros para el MOSE, ¿de qué soluciones aún más ambiciosas necesitamos? La idea de una Venecia parcialmente sumergida sigue siendo una realidad a considerar, al igual que las modificaciones de las superficies habitables en los palacios históricos.
El momento de las decisiones #
Es evidente que Venecia se encuentra ante un paradoja. Este símbolo de la belleza arquitectónica y de la historia no puede ser desplazado. La relación de la ciudad con el agua es inseparable; lo que hace que cada visita sea tan valiosa es la conciencia de su fragilidad. La profecía de los investigadores italianos no es solo un diagnóstico alarmante, sino un llamado a la acción. Las decisiones de aquellos que se preocupan por los bienes comunes hoy asegurarán que las próximas generaciones puedan admirar las maravillas de la Serenísima o descubrir los vestigios de una civilización que no supo adaptarse a tiempo.
Mientras tanto, la magia de Venecia atrae, fascina e incita a millones de turistas a explorar sus laberínticas calles sin necesariamente darse cuenta de que están caminando sobre un suelo cuyo futuro es tan incierto como cautivador. La belleza de esta ciudad lacustre permanece, pero la lucha contra el aumento del agua es sin duda una batalla que deberá librarse con determinación y visión.