Portugal alberga un funicular histórico, inaugurado en 1882, que es el más antiguo del mundo que utiliza un sistema de contrapeso de agua.

El funicular de Bom Jesus, obra de arte innovadora inaugurada en 1882, fascina por su tecnología ancestral. Esta joya de Portugal, posee el título envidiado de funicular más antiguo del mundo utilizando un sistema de contrapeso de agua. De hecho, sus cabinas se desplazan gracias a un principio ingenioso, combinando naturaleza e ingenio humano en un entorno encantador. Los visitantes descubren, al tomar este medio de transporte único, una experiencia a la vez espiritual e histórica.

Aspectos destacados
El funicular de Bom Jesus fue inaugurado en 1882.
Es el más antiguo funicular aún en funcionamiento en el mundo.
Utiliza un sistema de contrapeso de agua, innovador para su época.
Dos cabinas están conectadas por un cable; una desciende mientras la otra asciende.
Ofrece un trayecto pintoresco a través de bosques verdes.
El recorrido mide 274 metros con un desnivel de 116 metros.
El sitio es un lugar de peregrinación emblemático, con una iglesia en la cima.
Inscrito en el patrimonio mundial de la UNESCO desde 2019.
Permanece como un modelo de innovación ecológica y un testimonio del genio técnico del siglo XIX.

Una obra maestra del siglo XIX

El funicular de Bom Jesus es una proeza de ingeniería inaugurada en 1882. Este sistema de contrapeso de agua es el más antiguo y sigue operativo hasta el día de hoy. La idea de utilizar la gravedad y el agua para operar un medio de transporte es una innovación notable para su época. Su inauguración representa un hito importante en el desarrollo del transporte público y de las infraestructuras de ocio en Europa.

El funcionamiento del funicular

Esta instalación utiliza un mecanismo astuto de dos cabinas conectadas por un cable. Al utilizar raíles inclinados, una desciende mientras la otra asciende, en un baile perfectamente sincronizado. El sistema se basa en un depósito de agua situado bajo la cabina superior, llenando esta última para crear un peso suficiente. Cada descenso desencadena simultáneamente un ascenso, demostrando la armonía entre ingenio técnico y conservación de recursos.

Al llegar, el depósito se vacía, permitiendo que la cabina ascienda. Este proceso perpetuo no requiere ninguna energía fósil; simplemente se inspira en la naturaleza y la gravedad. El funicular forestal, con sus 274 metros de largo, ofrece una subida espectacular de 116 metros, repartida sobre una pendiente media del 42%.

Una experiencia única de peregrinación

Los visitantes que toman asiento en el funicular descubren un recorrido encantador a través de los bosques verdes del parque. Cada trayecto es una subida sagrada que prepara para la llegada al santuario emblemático de Bom Jesus do Monte, inscrito en el patrimonio mundial de la UNESCO desde 2019. Lugar de peregrinación, posee una monumental escalera barroca, adornada con capillas y estatuas alegóricas, constituyendo una verdadera obra maestra artística y espiritual.

Un patrimonio vivo y ecológico

Este funicular ha experimentado varias restauraciones desde su creación, lo que ha permitido fortalecer su estructura y asegurar la seguridad de los pasajeros. Cada intervención destinada a mantener la autenticidad de la instalación da testimonio de un compromiso con el uso de tecnologías sostenibles. Operando según un principio ecológico antes de su tiempo, encarna un modelo fundamental de innovación en la evaluación de nuestros sistemas de transporte modernos.

El encanto añejo y la atmósfera serena que reinan durante los trayectos crean una experiencia inolvidable. Esta experiencia única atrae a numerosos curiosos deseosos de descubrir una reliquia funcional que resuena con la historia. Favorito del público, este funicular continúa maravillando por su funcionamiento silencioso y su integración armoniosa en los paisajes circundantes.

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