EN RESUMEN
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Sevilla, joya de Andalucía, enfrenta hoy los desafíos de un turismo de masas que transforma su imagen y la de sus barrios históricos. Atraer cada vez más visitantes cada año, la capital andaluza ve a sus habitantes enfrentar dificultades para encontrar vivienda, mientras que la actividad turística impacta fuertemente en el equilibrio urbano. Este artículo explora las causas de esta sobrepoblación turística, las medidas de diversificación emprendidas y las tensiones entre desarrollo económico y preservación de la calidad de vida local.
Sevilla y la explosión turística reciente #
Entre 2022 y 2024, España experimentó un aumento espectacular en el número de turistas extranjeros, con un crecimiento del 31 %. Andalucía, una región apreciada por los viajeros por la riqueza de su patrimonio, ve a ciudades como Sevilla invadidas, acentuando la competencia en el mercado de vivienda y transformando sus barrios más emblemáticos. Impulsada por un PIB en crecimiento del 3,2 % y enormes ingresos turísticos – 126 mil millones de euros gastados por 94 millones de visitantes extranjeros en 2024 –, España brilla económicamente, pero este crecimiento también suscita preocupaciones locales.
A pesar de la diversidad de métodos de contabilización según las regiones y la opacidad que rodea a los alquileres turísticos tipo Airbnb, la conclusión sigue siendo la misma: el turismo transforma la dinámica urbana de Sevilla. Los flujos continuos acentúan un proceso desigual, especialmente dentro del centro histórico, donde las consecuencias son directas para los residentes.
Un eldorado turístico que se ha vuelto problemático #
Sevilla ha forjado una reputación turística durante siglos. Su trayectoria se ha destacado por su papel como cruce comercial durante la época musulmana, luego gracias al monopolio del comercio colonial desde el siglo XVI, antes de convertirse en un lugar de inspiración para los románticos y luego para el turismo contemporáneo. Desde obras culturales hasta grandes eventos, la evolución de la oferta ha sabido adaptarse a los deseos de los viajeros, convirtiendo a la ciudad en una parada obligada en Andalucía.
Las infraestructuras se han desarrollado a medida que la ciudad ha crecido, especialmente a raíz de eventos como la Exposición Iberoamericana de 1929 o la Expo 92 que han remodelado profundamente el espacio urbano. Sin embargo, si bien estos proyectos han acompañado la apertura y la atracción de Sevilla, hoy plantean la cuestión de su costo social y patrimonial.
Intentos de diversificación y nuevas formas de turismo #
Ante la saturación del centro histórico, las autoridades sevillanas buscan canalizar los flujos y ampliar el atractivo turístico. La creación de hitos contemporáneos, como la estructura Metropol Parasol (apodada « Las Setas ») y la torre Pelli, tenía como objetivo diversificar los puntos de interés en la periferia inmediata del corazón antiguo de la ciudad. Aunque estas adiciones suscitaron polémica al principio, hoy están integradas en los circuitos de visita.
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Además de la valorización de barrios antes descuidados, como Triana o la Macarena, Sevilla también juega la carta del turismo cinematográfico, capitalizando sobre el entusiasmo en torno a producciones filmadas en la ciudad como Game of Thrones o Star Wars. La organización de eventos deportivos, festivales, y el posicionamiento en el turismo de aventura y astroturismo, ilustran la voluntad de renovar la experiencia de los visitantes mientras se extiende la estacionalidad.
Consecuencias sociales y urbanas preocupantes #
El auge de los alquileres turísticos de corta duración, a menudo profesionales, altera la vida urbana. Los alquileres se disparan, obligando a muchos habitantes a dejar el centro por la periferia, mientras que la autenticidad y la identidad de los barrios históricos se ven amenazadas por una uniformización de los comercios y la invasión de bares creando el fenómeno de « baretización ». Este proceso no es exclusivo de Sevilla, como lo ilustra también el caso de Granada donde los efectos de la sobrepoblación turística se vuelven críticos.
Si bien las autoridades intentan entender la situación – legislando sobre el número de apartamentos turísticos por barrio o buscando enmarcar mejor este sector opaco –, las medidas adoptadas tienen dificultades para alcanzar el retraso frente a la rapidez de la transformación. En algunos barrios, cerca del 18 % de las viviendas ya pertenecen al segmento turístico, una situación alarmante para la diversidad social y la calidad de vida.
Reacciones y movilización ciudadana #
Desde hace varios años, colectivos ciudadanos como Cactus o Sevilla se muere expresan su oposición a la mercantilización excesiva de la ciudad y a la pérdida de viviendas para los sevillanos de origen. Denuncian un doble discurso institucional, entre la promoción del turismo como motor económico y la ausencia de medidas eficaces para proteger los intereses de la población local.
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La cuestión de la vivienda, epicentro de las tensiones, es objeto de intensos debates políticos, oscilando entre medidas restrictivas y apertura al mercado, sin retrocesos posibles para actuar sobre lo existente. Este clima recuerda la necesaria transformación de la gobernanza turística local, a la par de iniciativas llevadas a cabo en otras regiones europeas que se pueden descubrir en este artículo sobre la transformación de la gobernanza turística.
Un equilibrio por inventar para el futuro #
Sevilla, al igual que otros destinos en plena transformación, debe posicionarse para inventar nuevos modelos donde el turismo contribuya a la vitalidad económica sin desnaturalizar el tejido social y patrimonial. Explorar soluciones como el desarrollo del turismo verde, apoyarse en sectores como el ecoturismo o la promoción de escapadas alternativas – por ejemplo, a través de escapadas culturales o deportivas, o aún a la imagen de esta estancia en Grecia – podría inspirar nuevas vías para remediar los efectos perjudiciales del turismo de masas.
La reflexión continúa ahora en la escena local como europea, al igual que la reciente visita ministerial mencionada en este evento dedicado al turismo en el medio rural. Sevilla, oscilando entre la preservación de su identidad y la valorización de su atractivo internacional, sigue siendo un laboratorio de las tensiones y desafíos importantes relacionados con la economía turística contemporánea.