¿Te apetece cambiar la agitación parisina por la tranquilidad salvaje? Monta en tu bicicleta y emprende un épico viaje entre París y Ruan, atravesando el fabuloso Vexin. Esta aventura te sumergirá en paisajes grandiosos, al ritmo de caminos bucólicos, pueblos olvidados y paradas gastronómicas, para descubrir una Normandía auténtica que no tiene nada de ordinaria.
¿Te gustaría escapar lejos de los pitidos y el asfalto de la capital? Olvida el clásico Sena en bicicleta y embarca en un viaje en bicicleta entre París y Ruan a través del Vexin, una tierra salvaje donde bosques, mesetas y pueblos olvidados tejen la trama de una aventura emocionante. Esta ruta, más directa y deportiva, sumerge al ciclista en una naturaleza preservada, salpicada de paradas gastronómicas y anécdotas patrimoniales. ¿Listo para pedalear al ritmo de tus deseos en 120 kilómetros de caminos tranquilos, entre subidas emocionantes, valles boscosos y descubrimientos inesperados? ¡Sigue al guía!
Una inmersión salvaje en el Vexin: la alternativa a las rutas señalizadas #
Cuando se piensa en el trayecto ciclista París-Ruan, el Sena en bicicleta está de moda. Sin embargo, para los amantes de experiencias auténticas, existe un camino más confidencial: el que serpentea a través del Parque Natural Regional del Vexin Francés. Aquí, la naturaleza despliega sus encantos en vastos espacios abiertos, alternando campos de trigo dorado, arboledas cantoras y caminos discretos, lejos de las multitudes y del turismo convencional. Es una verdadera invitación a la aventura, entre aire fresco, pueblos intactos y encuentros inesperados.
Pronto, el urbanismo da paso a este universo de luz y silencio donde el tiempo se ralentiza. Se cruzan pequeños pueblos acurrucados detrás de los setos, viejos árboles que cuentan mil historias, y caminos rectos que se desvanecen en el horizonte. Este recorrido salvaje pero accesible ofrece un desafío deportivo razonable: algunas buenas subidas despiertan los músculos de las piernas, pero la recompensa siempre está en la cima, ya sea en la vista espectacular o en la tranquilidad que reina en la meseta.
Primeras pedaladas: dejar París por el campo #
Tu partida se realiza sin rodeos desde la capital. Cruzas el bosque de Boulogne saludando a los corredores matutinos, subes el bastión vegetal del Mont-Valérien, atraviesas Rueil-Malmaison, y admiras la elegante silueta del castillo de Saint-Germain-en-Laye, que parece saludar a los viajeros. Un guiño al campo de entrenamiento del PSG, un paso rápido por Poissy, y ya, la ciudad no es más que un recuerdo mientras los campos y bosques toman el relevo.
Los paisajes cambian poco a poco: aquí, las rutas secundarias serpentean entre viejas granjas, los pájaros cantan en los setos y un coche raro atraviesa este decorado casi fuera del tiempo. La aglomeración parisina se desvanece detrás de ti, sustituida por la promesa de una aventura bucólica. Para los curiosos del viaje deportivo, algunos consejos de entrenamiento antes de partir pueden encontrarse aquí.
Placeres impresionistas y sabores locales: parada en Vétheuil #
Después de aproximadamente cincuenta kilómetros, el paisaje cambia de colores: bienvenido a Vétheuil, este pueblo a orillas del Sena que inspiró a Claude Monet. Si te gusta unir lo útil a lo agradable, deja la bicicleta el tiempo de un desvío a Les Chocolats de Vétheuil: una dirección artesanal perfecta para disfrutar de un pequeño placer y recargar energías bajo la mirada conmovida del Sena. Las orillas, tranquilas y florecidas, invitan a un picnic campestre y a una pausa contemplativa: ¡el arte de saborear el camino con toda simplicidad!
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Aquí, el placer nunca es un defecto. Y para aquellos que desean inspirarse en otras aventuras en bicicleta narradas magníficamente, un desvío por este relato garantizará una dosis infalible de motivación.
Parada de descanso o desafío deportivo: Vernon y Les Thilliers-en-Vexin #
Vernon: una escala suave a mitad de camino
Si la fatiga se hace notar, nada impide poner pie a tierra en Vernon, frente a Giverny, y disfrutar de sus orillas del Sena tranquilas. El Restaurant Blossom te espera para una pausa gastronómica alrededor de los productos de la región. ¿Necesitas recargar energías? Varios alojamientos acogedores te abren sus puertas, incluido Le Jardin des Merveilles en Saint-Pierre-d’Autils, donde la serenidad del jardín es igualada solo por la cálida bienvenida de la casa.
Les Thilliers-en-Vexin: parada en el territorio y campo auténtico
Para los verdaderos aventureros del manillar, la pedaleada continúa hacia Les Thilliers-en-Vexin en la gran meseta del Vexin normando. Aquí, en este paisaje abierto donde uno se siente diminuto bajo la infinitud del cielo, los sabores locales toman el protagonismo. La Grange du Vexin destaca los productos de la región, con una mención especial para sus crujientes manzanas que se degustan a la buena franquet antes de afrontar la última recta.
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Llegada a Ruan: el clímax final #
Después de los últimos valles coronados de sombra y silencio, llega la bajada tan esperada… Ruan se revela como una perla medieval, orgullosa de su catedral gótica, de sus calles empedradas y de sus casas de madera. Siguiendo los pasos del célebre ciclista Jacques Anquetil, la ciudad vibra este año al ritmo del Tour de Francia, añadiendo a tu llegada un toque de leyenda y emoción deportiva. Aquí, cada callejón parece conducir a una historia, cada fachada cuenta un secreto, concluyendo con belleza una odisea donde la bicicleta rima definitivamente con libertad.
Y si Italia te atrae para tu próxima escapada sobre dos ruedas, parte a descubrir un viaje inmersivo entre paisajes excepcionales y cultura vibrante, que puedes encontrar aquí.