EN RESUMEN
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Viajar a bordo de trenes históricos en Francia es ofrecerse algo más que simples desplazamientos: cada trayecto se convierte en una inmersión en el pasado, punctuada por paisajes idílicos, patrimonio ferroviario y paradas culturales memorables. Las antiguas líneas serpentean a través de montañas, valles y pueblos pintorescos, destacando la autenticidad y la belleza natural del país. Esta guía propone descubrir cinco trayectos emblemáticos que convierten el viaje en una verdadera aventura fuera del tiempo, revelando Francia bajo un ángulo singular y fascinante.
Redescubre el encanto de antaño con el Tren de vapor de los Cévennes
El Tren de vapor de los Cévennes ofrece un viaje inolvidable entre Anduze y Saint-Jean-du-Gard. Desde el inicio, el soplo de la locomotora a vapor y la atmósfera auténtica de los vagones de madera sumergen a los viajeros en otro tiempo. Este recorrido de 13 kilómetros atraviesa gargantas y viaductos, revelando panoramas impresionantes sobre las montañas cévenas. Este tren es la elección ideal para los amantes de la historia y los apasionados de la fotografía, deseosos de capturar la esencia del viaje ferroviario tradicional.
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El recorrido también es una puerta de acceso a numerosos descubrimientos culturales, como la famosa Bambouseraie de Anduze o el Museo de los Valles Cévenoles en Saint-Jean-du-Gard, ricos en exposiciones sobre la vida en los Cévennes de antaño.
El Tren amarillo, un símbolo colorido de los Pirineos Orientales
Conocido como el Tren amarillo o “Canari”, este tren conecta Villefranche-de-Conflent con Latour-de-Carol cruzando los paisajes majestuosos de los Pirineos. Impresiona por su capacidad para atravesar cumbres a más de 1,500 metros de altitud, ofreciendo a los viajeros una vista panorámica excepcional de toda la región.
Su itinerario pasa por obras de arte destacadas como el puente Gisclard o el viaducto Séjourné, verdaderas maravillas de la ingeniería datadas a principios del siglo XX. Subir al Tren amarillo también es embarcarse en un museo rodante, salpicado de anécdotas, equipos de época y una atmósfera acogedora propia de esta región del sur de Francia. Para aquellos que deseen prolongar la aventura ferroviaria, hay otros recorridos pintorescos por descubrir en este artículo dedicado a los más bellos itinerarios ferroviarios.
El Ferrocarril de la Mure, joya de los Alpes de Dauphiné
El Ferrocarril de la Mure invita a recorrer uno de los más bellos ferrocarriles de montaña. Su trazado sigue el relieve tortuoso de los Alpes y atraviesa la Meseta Matheysin y el Macizo del Vercors, desvelando en cada curva nuevos panoramas espectaculares sobre el lago de Monteynard-Avignonet y las cumbres circundantes.
A bordo, cada vagón y cada locomotora de época recuerdan la época gloriosa de los trenes que surcaban la montaña. Este trayecto seduce tanto por la diversidad de sus paisajes como por la autenticidad de su material rodante, haciendo de cada minuto una invitación a soñar y evadirse.
El Tren de las Pignes, un viaje entre mar y montaña
El Tren de las Pignes circula entre Niza y Digne-les-Bains, ofreciendo una travesía única por la Provenza marcada por campos de olivos, lavanda y espectaculares valles escarpados. Locomotoras a vapor y coches restaurados marcan este recorrido mítico, donde el encanto del viaje lento prima sobre el destino.
Este tren revela paradas estratégicas en pueblos encaramados y estaciones de antaño, testigos de un pasado ferroviario prestigioso. La experiencia se prolonga descubriendo los mercados locales y las riquezas de la gastronomía regional.
El Tren del Médoc, escapada en el corazón de los viñedos
El Tren del Médoc recorre las tierras vinícolas del suroeste, conectando Burdeos con Verdon-sur-Mer a través de los viñedos renombrados. Este trayecto es una invitación a descubrir sabores y tradiciones locales, cada etapa destacando paisajes de viñas a pérdida de vista y castillos emblemáticos de la región.
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A lo largo del itinerario, la amabilidad de la acogida y la atmósfera cálida recuerdan el espíritu auténtico de los antiguos viajes ferroviarios en Francia. Los amantes del patrimonio ferroviario también podrán interesarse por estos consejos para viajar a través de Francia vía las líneas principales sin recurrir a los trenes de alta velocidad.
Un patrimonio vivo para explorar sin moderación #
Recorrer Francia a bordo de sus trenes históricos es elegir una manera única de reconectarse con la historia, la naturaleza y los saberes regionales. Ya sea por el potente soplo de una locomotora a vapor o por la comodidad acogedora de un vagón de época, cada línea, al igual que los trayectos mencionados en este otro artículo dedicado, aporta su cuota de emociones y recuerdos imborrables.
Para los exploradores curiosos, otras experiencias ferroviarias internacionales esperan en este artículo dedicado a los trenes históricos en India o en el corazón de los ríos y trenes de Allagash, Maine, ilustrados en este sitio complementario.