Ellos esculpen su cuerpo de verano… pero no para mostrarse en la playa

Para algunos, preparar su cuerpo de verano no significa tumbona en la playa y sesión de bronceado. Fuera la búsqueda del abdomen plano solo para la mirada de los demás: estos viajeros se ponen en forma para la aventura, el senderismo o explorar las ciudades. Su objetivo? Un cuerpo sólido, resistente, capaz de seguir el ritmo de sus vacaciones dinámicas – lejos de los clichés del cuerpo de verano a exhibir en la arena.

El verano asoma y, lejos de querer simplemente exhibir sus abdominales en la arena o broncearse, cada vez más viajeros preparan su cuerpo con otro propósito: vivir intensamente sus vacaciones, donde la aventura les espera. En este artículo, descubre cómo estos amantes del aire libre esculpen su “cuerpo de verano” no para mostrarse, sino para poder caminar, escalar, hacer senderismo o explorar – en definitiva, para saborear cada instante lejos de los dictados del bronceado perfecto. A través de sus testimonios, nos alejamos del cliché del “cuerpo de playa” para reinventar el bienestar estival, muy lejos de las cabinas de bronceado y las dietas express.

¡Adiós al bikini, hola energía!

Para algunos, preparar su cuerpo para el verano ya no tiene nada que ver con el deseo de brillar en las playas secretas de Francia ni con el fantasía del bronceado uniforme. Aquellos que eligen montañas, ciudades o bosques, cambian el tubo de protector solar por una buena dosis de cardio, fortalecimiento muscular y preparación mental. El objetivo ya no es encajar en el molde del “cuerpo de verano”, sino poder encadenar los pasos escarpados, navegar en canoa o caminar sin rendirse, desde los callejones japoneses hasta los míticos senderos franceses (los 5 mejores senderos imprescindibles en Francia). Para muchos, la libertad de moverse prima sobre la apariencia.

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El cuerpo, este aliado de la aventura

Frente a la dictadura de la delgadez y el bronceado perfecto, algunos viajeros eligen ver su cuerpo de otra manera: un valioso aliado para afrontar los desafíos que el verano les depara. Como Juliette, que prefiere mochilas a bolsas de playa, o Hugo, para quien la fuerza se cultiva mucho mejor al lado de la hoguera que junto al agua turquesa (Baja California: lugar para el descubrimiento y la aventura, lejos de las apariencias!). Para ellos, abdominales riman con autonomía, sentadillas con resistencia, y menos con “me gusta” en Instagram. ¿La verdadera recompensa? Un cuerpo “listo para usar”, para todos los terrenos de juego veraniegos.

Senderismo, explorar, escalar: la preparación, un símbolo de libertad

Preparar seriamente su cuerpo antes de unas vacaciones activas se ha vuelto tendencia. Ya sea un road trip en Andalucía, camping deportivo o una escapada urbana estilo maratón, cada destino tiene sus exigencias. Soraya encadena sesiones de deporte para afrontar los senderos alpinos, mientras que Paul entrena para caminar kilómetros y recorrer Tokio de norte a sur, con zapatos adaptados y pantorrillas de acero como resultado. Lejos de la obsesión por la figura, se trata de un cuerpo confiable y sólido: el pasaporte definitivo para convertir cada destino en un terreno de juego sin límites.

Reinventar el “cuerpo de verano”: menos estética, más autenticidad

La noción de cuerpo de verano evoluciona y, con ella, nuestra relación con el esfuerzo estival. Ya no se trata de correr tras la mirada de los demás, sino de buscar sus propias sensaciones. En la ciudad, en el bosque o en la montaña, prepararse no es buscar la perfección exterior, sino ganar confianza – caminar con seguridad cerca de las murallas de Saint-Malo (descubriendo los secretos ocultos de Saint-Malo), bailar en plena naturaleza, o simplemente respirar profundamente. Este nuevo ideal es portador de libertad: un cuerpo fuerte para reconectarse mejor consigo mismo y vivir cada instante con intensidad, olvidando de una vez por todas las imposiciones estacionales.

Hacia unas vacaciones en armonía con uno mismo

Hoy en día, el verdadero desafío no es tener un cuerpo para exhibir, sino un cuerpo que permite vivir todo, desde el amanecer hasta el atardecer. Preparar su verano es hacer de cada día una aventura a medida, sin presión ni culpa – ya sea que se escale en los Alpes, se acampe bajo las estrellas o se pasee por las animadas calles de Tokio. La energía invertida en esculpir su cuerpo ya no apunta a las ciudades playeras abarrotadas, sino a la línea de meta de un sendero, la cima de una caminata o el descubrimiento de playas secretas y salvajes, conocidas solo por los iniciados. Cada uno tiene su verano, cada uno su cuerpo: para explorar, vibrar, y sobre todo, saborear.

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