En Noruega, un impuesto innovador para combatir el sobreturismo

EN RESUMEN

  • Noruega instaurará un nuevo impuesto turístico para abordar el surturismo.
  • Las municipalidades podrán aplicar hasta un 3% adicional sobre los hoteles y alquileres (Airbnb) en las zonas más frecuentadas.
  • Este impuesto será ajustable según la temporada y aplicable desde el verano (fecha por confirmar).
  • Los lugares como las islas Lofoten y la región de los fiordos son los más afectados.
  • Los fondos recaudados servirán para mejorar las infraestructuras (sanitarias, estacionamientos) y el bienestar de los habitantes.
  • Medidas similares podrían afectar a los cruceros próximamente.
  • Noruega atrae ahora un número récord de visitantes mientras se concentra en zonas y períodos clave.

No se puede imaginar los idílicos fiordos o las majestuosas islas Lofoten colapsando bajo las multitudes… ¡y, sin embargo! Frente a una popularidad creciente, Noruega toma medidas drásticas con un impuesto innovador destinado a regular el surturismo. Una forma original para este país del norte de preservar sus tesoros naturales mientras cuida del bienestar de los habitantes y mejora las infraestructuras. Los visitantes deberán, por lo tanto, contar pronto con un pequeño suplemento en sus estancias, especialmente en las zonas más codiciadas. Una medida que no es tan trivial en un país que, discretamente, comienza a jugar en la liga de los grandes destinos turísticos europeos.

Una nueva brisa sopla sobre los fiordos: Noruega toma el toro del surturismo por los cuernos e innova con un nuevo impuesto turístico. En este artículo, descubre cómo este país, a menudo mencionado por sus paisajes impresionantes y su calma legendaria, se prepara para gestionar la afluencia de visitantes en sus lugares más emblemáticos. Objetivo: preservar la magia noruega sin convertirla en una simple postal sobrepoblada.

Un país preservado… que enfrenta su hora de gloria

Cuando se piensa en destinos víctimas del surturismo, Noruega no viene inmediatamente a la mente. Y, sin embargo, esta joya nórdica ve como su éxito se dispara. Con más de 38 millones de noches previstas para 2024, de las cuales cerca del 30% serán realizadas por viajeros extranjeros, Noruega se afirma como una estrella emergente del turismo en Europa. Las regiones de los fiordos y de las islas Lofoten son un sueño, pero el reverso de la medalla no tardó en hacerse evidente: infraestructuras saturadas, servicios sanitarios insuficientes y estacionamientos desbordados se están convirtiendo en moneda corriente durante la alta temporada.

Un nuevo mecanismo: el impuesto anti-surturismo

Para contrarrestar esta presión estival, las autoridades noruegas toman medidas fuertes: un nuevo impuesto que podría alcanzar el 3% se aplicará próximamente sobre cada noche en hotel o alquiler turístico, especialmente en las zonas extremadamente populares. Buena noticia para los ayuntamientos locales, ya que les corresponde decidir si aplican o no este suplemento, ajustable según la temporada para mejor acompañar los picos de afluencia. Esta medida recuerda a la famosa tasa turística de Bali, o a las iniciativas adoptadas en ciertas zonas costeras francesas para gestionar los aflujos masivos.

Fondos para preservar la belleza noruega

¿Pero a qué servirá estos nuevos ingresos? Simplemente para reforzar las instalaciones esenciales en las zonas afectadas: un montón de baños públicos, estacionamientos bien pensados, señalización optimizada, sin olvidar las mejoras para facilitar la convivencia con las poblaciones locales. Se piensan, por supuesto, en los esfuerzos realizados en el Bacalao de Arcachón u otros lugares, donde el bienestar compartido sigue siendo prioridad.

¿Y después? Medidas que podrían generar olas

Los cruceristas tampoco están a salvo de un despliegue regulador, ya que se están estudiando futuras medidas que apunten a las llegadas masivas a las costas. Hay que decir que los grandes cruceros no dudan en dejar caer hordas de visitantes de una vez, transformando pacíficos pueblos de pescadores en colmenas sobrecalentadas. Un escenario que recuerda los retos enfrentados en otros lugares del mundo, como lo que se mueve en ciertas zonas como Corea del Sur, donde viajar a veces se convierte en un verdadero rompecabezas.

Una gestión estival… y ultra-céntrica

A diferencia de otras tierras donde el turismo se extiende a lo largo del año, Noruega concentra buena parte de su afluencia en verano, cuando la luz es omnipresente y los paisajes están impecables. Este turismo «estacional y concentrado» explica por qué incluso cifras modestas en comparación con las de España o Francia son suficientes para crear embotellamientos humanos en ciertos lugares. Esta hiper-concentración obliga, por lo tanto, a ir más allá en la innovación para preservar el equilibrio, mientras se sigue atrayendo a los amantes de escapadas espectaculares (¡y hasta a los cazadores de ofertas para escapadas estivales!).

Una tendencia de fondo para viajar de otra manera

Entre el surturismo y la preservación, la frontera es delgada. Muchos destinos están reflexionando sobre esta complicada ecuación, a veces cuestionando incluso el futuro mismo de los viajes de masas, como bien resume este artículo sobre el fin de los viajes tal como los conocemos. Noruega, sin embargo, traza su camino con pragmatismo, combinando innovación fiscal y cuidado del bien común sin perder su esencia.

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