À Nice, un nouveau movimiento emerge : entre atracción y rechazo de los turistas

EN RESUMEN

  • Afluencia turística en Niza: 10 millones de visitantes al año.
  • Sentimiento de rechazo creciente entre los habitantes.
  • Problemas de surturismo y de ruidos.
  • Movimientos de protestas organizados por la ciudad.
  • Impacto económico: 22.000 empleos directos en el sector.
  • Propuestas de soluciones para un turismo sostenible.
  • Necesidad de diversificación económica para menos dependencia del turismo.

En Niza, la cuestión del turismo se vuelve cada vez más problemática, suscitando un intenso debate entre los habitantes y los visitantes. Mientras que la ciudad se ha convertido en un destino popular, atrayendo a más de 10 millones de turistas cada año, un movimiento de protesta está surgiendo, mezclando atracción y rechazo hacia los visitantes. Este fenómeno refleja una tensión latente entre los beneficios económicos que aporta el turismo y las molestias que siente la población local.

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Una afluencia en constante aumento #

Niza, con su célebre bahía de los Ángeles, ha visto dispararse su afluencia turística, estableciéndose como la primera destino turístico de Francia después de París. Un ritmo frenético se dibuja: cada año, alrededor de 10 millones de turistas recorren sus calles, mezclándose con los residentes. Esta cohabitación, aunque a veces armónica, toma aires de conflicto cuando la vida cotidiana de los nicois se ve perturbada. Los relatos de personas, como Alban, Sophie o Albert, ilustran las molestias: la dificultad de circular, la sensación de invasión, e incluso la expresión de un hartazgo frente a una ciudad que se ha vuelto literalmente abarrotada durante la temporada alta.

Un estado de cosas inquietante #

El director científico del Instituto de turismo de la Costa Azul, Jean-Christophe Gay, señala una evolución preocupante; los turistas se están introduciendo cada vez más en el corazón de los barrios residenciales. Las molestias sonoras, la contaminación y la artificialización de los suelos son consecuencias alarmantes. Además, la aparición de alquileres de corta duración agrava la crisis de la vivienda al aumentar la presión sobre el mercado inmobiliario, dificultando notablemente la vida cotidiana de los habitantes.

El resentimiento ante el auge del turismo #

Los sentimientos de los locales acerca del turismo se han cristalizado alrededor de la protestas. Un evento simbólico ha surgido: la fiesta de «buen desahogo» en el Viejo Niza, a saber «Chau Barraca», donde los vecinos relatan su exasperación. Por un lado, el turismo genera un impacto económico significativo, con 6,5 millones de noches registradas y cerca de 4,7 mil millones de euros en ingresos económicos, pero por el otro, los residentes luchan por gestionar el constante aflujo de visitantes.

Un equilibrio delicado por encontrar #

Las opiniones se oponen al abordar la cuestión del futuro del turismo en Niza. Para algunos, como Rudy Salles, presidente delegado de la Oficina metropolitana de turismo, el temor a una reevaluación de la vitalidad de la economía local parece infundado. Para otros, el turismo se percibe como una espada de doble filo: un aporte financiero indiscutible, pero que gradualmente erosiona el entorno de vida de los nicois. La resistencia al turismo, paradójicamente, puede venir de aquellos que dependen de él económicamente, desencadenando una dualidad entre turismofobia y turismofilia.

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Hacia una diversificación necesaria de las actividades económicas #

Frente a estos desafíos, un llamado al cambio se está escuchando. Los actores locales sugieren diversificar las actividades económicas, más allá del simple turismo. Las iniciativas a favor de una economía más sostenible y menos dependiente del turismo se intensifican. La idea sería invertir en otros sectores, como la agroalimentación o las industrias de bajas emisiones de carbono, para equilibrar la economía local y mitigar la presión que sufre el entorno de vida de los habitantes.

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