Tres lugares reconfortantes para el alma en Kioto, Japón

Kyoto, cuna de la cultura japonesa, es un verdadero santuario para aquellos en busca de serenidad. Esta ciudad está repleta de tesoros escondidos donde se puede evadirse, meditar y recargarse. En este artículo, les invitamos a descubrir tres lugares magníficos y reconfortantes que hablan al alma, mientras se revela la calma y atemporal belleza de Kyoto.

El Jardín del Templo Tenryu-ji #

En el corazón del barrio de Arashiyama, se encuentra el Templo Tenryu-ji, un sitio clasificado como patrimonio mundial de la UNESCO. Este templo zen, fundado en 1339, está acompañado de un jardín exuberante que invita a la meditación. Los caminos sinuosos, flanqueados de vegetación, y los estanques tranquilos crean una atmósfera serena, propicia para la reflexión interior. Al pasear por estos jardines, los visitantes pueden admirar los árboles centenarios y la armonía natural que emana de este espacio. Es el lugar ideal para tomarse un momento, observar los colores cambiantes de las estaciones y dejar que sus pensamientos se escapen con el curso del viento.

El Bosque de Bambú de Arashiyama #

Entrar en el Bosque de Bambú de Arashiyama es como entrar en otro mundo. Este paisaje único, donde majestuosos bambús se elevan hacia el cielo, crea una atmósfera mística y apacible. La luz del sol filtra a través de las hojas, proyectando sombras suaves en el sendero, mientras el ligero susurro de las hojas al compás del viento acaricia el oído. Para una experiencia aún más meditativa, se recomienda levantarse temprano y visitar el bosque al amanecer, cuando las multitudes son escasas y reina el silencio. Este lugar ofrece un verdadero santuario, ideal para respirar profundamente y sentir la tranquilidad de la naturaleza circundante.

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El Templo Zen Daitoku-ji #

El Templo Daitoku-ji es un complejo de templos zen conocido por su paz interior. Menos concurrido que otros templos de Kyoto, Daitoku-ji ofrece una experiencia de meditación auténtica e intimista. La calma que reina invita a sumergirse en una profunda reflexión y a practicar la meditación zen. Los jardines secos, llamados karesansui, están diseñados para simbolizar la naturaleza y fomentar la contemplación. El suave sonido del agua fluyendo de las fuentes creadas en estos jardines, junto con la delicadeza de las piedras y arroyos, permite reconectarse consigo mismo y experimentar un profundo sentimiento de paz. El Daitoku-ji también ofrece ceremonias del té que constituyen un momento perfecto de compartir y harmonía.

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