El viernes 13, un día temido por algunos, suscita numerosas preguntas, especialmente en el ámbito de la aviación y la hotelería. Por un lado, se descubre que este número, tras el cual se esconden ciertas supersticiones, se evita a menudo en la numeración de los asientos de avión y de las habitaciones de hotel. Por parte de las aerolíneas y de los establecimientos de hospedaje, el deseo de ahorrar a los pasajeros y clientes una mala experiencia lleva a eliminar este número maldito, revelando así los misterios que lo rodean. Pero, ¿qué hay de verdad en esto? Explicaciones sobre un fenómeno que nos hace mirar al cielo mientras hundimos los pies en una cama acogedora.
El viernes 13 resuena con una multitud de supersticiones, entre creencias populares y tabúes en el mundo de la aviación y la hotelería. Este número, considerado a veces un amuleto de la suerte, y a veces visto como un devorador de malos augurios, genera comportamientos curiosos y fascinantes. En el corazón de este enigma se encuentra la ausencia notoria del número 13, tanto en los aviones como en los hoteles, reveladora de una gestión inédita del miedo colectivo.
El número 13 en la aviación #
En las cabinas de avión, el número 13 es un fantasma. La mayoría de las aerolíneas optan por ignorar este número, yendo a menudo directamente de la fila 12 a la fila 14. Esta decisión busca tranquilizar a los pasajeros, evitando así cualquier incomodidad potencial relacionada con la superstición. De hecho, son muchos los que, influidos por este miedo al número 13, podrían dudar en sentarse en ese lugar en pleno vuelo.
¿Sabías que esta superstición tiene consecuencias prácticas en la organización de los vuelos? Puede incluso influir en los precios de los boletos. En los viernes 13, algunos viajeros evitan voluntariamente volar, lo que a veces provoca una caída de la demanda y, por ende, del costo de los boletos. Lejos de ser trivial, este fenómeno pone de relieve el poder de las supersticiones sobre nuestros comportamientos.
Los hoteles y el misterio del número 13 #
Igualmente, en el sector hotelero, la presencia del número 13 se evita como la peste. Muchos hoteles no cuentan ni con habitación 13, ni con piso 13, por temor a provocar la aprensión entre sus clientes. Esta ausencia no es simplemente una cuestión de superstición; es una cuestión de estrategia comercial. Los hoteleros desean asegurarse de que sus establecimientos se mantengan acogedores y confortables, eliminando cualquier fuente de estrés para sus clientes.
Una vez en un hotel, podrías notar que los ascensores a menudo omiten el botón del piso 13. Esto puede llevar a situaciones cómicas, donde el cliente apurado debe recordar ignorar esta ‘desaparición’. A veces, se reemplaza el 13 por un 12 bis, pero esto no cambia el hecho de que una superstición puede impactar nuestra experiencia, incluso en unas vacaciones.
Un fenómeno mundial #
Es interesante ver que el número 13 no es el mismo chivo expiatorio en todas partes del mundo. En Italia, por ejemplo, es el número 17 el que suscita desconfianza, debido a su interpretación desafortunada en numeración romana. Y en algunos países de Asia, como China o Corea del Sur, el 4 es considerado como desafortunado porque es fonéticamente cercano a la palabra «muerte». Estos ejemplos ilustran cómo las supersticiones varían de un país a otro, moldeando los comportamientos culturales y comerciales.
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El viernes 13, una fecha simbólica #
El viernes 13 no se limita a invocar el miedo relacionado con los números. Esta fecha está profundamente arraigada en la cultura popular, reforzada por relatos históricos y cinematográficos. Ya sea en películas de terror o en libros, el viernes 13 se presenta a menudo como un día de calamidades y eventos nefastos. De este modo, esta fecha ha contribuido a crear un mito en torno al número 13, transformándolo en un verdadero símbolo de la mala suerte.