EN RESUMEN
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Las vacaciones de Navidad provocan una afluencia considerable de viajeros en las carreteras saboyanas, y el área de servicio de Val Gelon, situada a lo largo de la A43, no es una excepción. Entre el 27 y el 29 de diciembre, se esperan aproximadamente 211.500 vehículos en Saboya, lo que provoca una afluencia sin precedentes en esta zona de descanso. Los equipos en el lugar, desde la restauración hasta los servicios, se preparan para dar la bienvenida a un número impresionante de clientes, lo que transforma el área de Val Gelon en un verdadero punto neurálgico para los automovilistas que desean hacer una pausa durante su trayecto hacia las estaciones de esquí.
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Una afluencia de vehículos impresionante #
Este fin de semana de idas y venidas está marcado por un tráfico denso en las carreteras que conducen a las estaciones de esquí. Afortunadamente, las áreas de servicio están allí para ofrecer a los viajeros un momento de respiro. De hecho, según las estimaciones del Departamento de Saboya, este fenómeno se traduce en una afluencia de 142.000 vehículos en Tarentaise y 69.500 en Maurienne. La época navideña, con sus mantos de nieve blanca y sus paisajes de ensueño, atrae a numerosos amantes del esquí, lo que vuelve las carreteras particularmente abarrotadas.
Un aumento exponencial de la clientela #
En el área de Val Gelon, situada en Châteauneuf en Saboya, la constatación es clara: el número de clientes durante este fin de semana es diez veces superior al de un sábado clásico. Bernard Castano, gerente del área desde hace una década, subraya la magnitud de esta afluencia. «Los pedidos son mucho más grandes, y todo se prepara con antelación,» explica. Esto implica una logística cuidadosa para asegurarse de no quedarse sin nada, ya sean bebidas, sándwiches u otros productos esenciales para los viajeros, todos en busca de una pausa bien merecida.
Refuerzo de equipos para un servicio óptimo #
Para enfrentar este excepcional aumento de tráfico, se implementa un aumento significativo de los efectivos. Aurélie Fèvre, co-gerente del área, revela que los equipos se duplican con la incorporación de personal temporal, a menudo jóvenes que regresan año tras año para este periodo animado. Un miembro del equipo se encarga incluso específicamente de la limpieza, una tarea poco común en los otros fines de semana. En la cocina, las preparaciones son vertiginosas, con mil sándwiches por preparar, mientras que habitualmente solo se prepara un centenar. La implementación de estas operaciones busca garantizar un servicio fluido y rápido para los usuarios apresurados.
Una atmósfera de trabajo dinámica #
Este fin de semana particularmente cargado requiere una gran energía y un estado de ánimo constante del personal. Caroline, empleada desde hace dos años, destaca que la efervescencia del ambiente es parte de la experiencia: «Hay que estar animado y en forma,» dice sonriendo. Esta atmósfera colectiva es palpable mientras el equipo, compuesto por 19 personas, mantiene el ánimo a pesar del duro trabajo.
Recibir a los viajeros con una sonrisa #
La clave del éxito durante tales periodos es asegurarse de que cada cliente se sienta bienvenido, incluso en medio de la frenética actividad. Aurélie se asegura de que la atmósfera permanezca relajada, permitiendo a los automovilistas cansados recuperar energías antes de continuar su camino. «Estamos aquí para relajar la atmósfera y mantener nuestro buen humor,» subraya, mientras reconoce que los atascos siguen esperando a los viajeros una vez que su pausa ha terminado. Es un periodo intenso pero gratificante, donde el dinamismo y el compromiso del personal hacen toda la diferencia en la experiencia de los clientes.