A medida que se acerca el verano, la situación sanitaria en Europa sigue evolucionando. Ante la resurgencia de casos de Covid-19 en España y Portugal, el gobierno francés impone una nueva regla: a partir de este fin de semana, los viajeros no vacunados deberán presentar un test negativo de menos de 24 horas a su regreso. Una medida de precaución necesaria para hacer frente al aumento de la variante Delta particularmente contagiosa y al incremento de las infecciones en estos destinos populares.
Para los viajeros que regresan de España y Portugal, se aplica una nueva regla. Los franceses no vacunados deberán proporcionar un test negativo de COVID-19 de menos de 24 horas antes de su regreso al territorio francés. Esta medida, anunciada por el gobierno, tiene como objetivo responder a la resurgencia de casos de COVID-19 en estos dos destinos populares, exacerbada por la variante Delta. Revisemos los detalles de esta nueva regulación y su contexto sanitario.
Un contexto sanitario preocupante #
La situación sanitaria en España y Portugal se ha deteriorado en las últimas semanas. En España, la tasa de incidencia ha alcanzado 436 casos por 100.000 habitantes en las últimas dos semanas, marcando un aumento significativo de nuevas infecciones. Ante este hecho, varias regiones del país han reimpuesto restricciones sanitarias, como toques de queda y el cierre de ciertos establecimientos, incluidos bares y discotecas.
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Por su parte, la situación en Portugal también es alarmante, con más de 4000 nuevos casos reportados en un solo día. La variante Delta se ha consolidado como la cepa dominante, representando casi el 90% de los casos recientemente identificados. En respuesta a este aumento de infecciones, el gobierno portugués ha ampliado el uso del pasaporte sanitario y ha mejorado las restricciones en los horarios de los establecimientos públicos.
Las especificidades de la nueva medida #
A partir del próximo fin de semana, los viajeros no vacunados deberán someterse a un test PCR o un test de antígenos que se realice dentro de un plazo de menos de 24 horas antes de su regreso a Francia. Este requisito permite asegurar una protección aumentada contra el virus y limitar su propagación en el territorio francés.
El secretario de Estado para Asuntos Europeos, Clément Beaune, resaltó que esta decisión no es una prohibición para los franceses de ir a España o Portugal, sino más bien una medida de precaución para garantizar la salud pública en este periodo estival marcado por desplazamientos masivos.
Preocupaciones de los viajeros #
Esta nueva regulación puede suscitar preocupaciones entre los viajeros, especialmente aquellos que no han sido vacunados. La obligación de proporcionar un test de menos de 24 horas antes del regreso puede llevar a complicaciones logísticas, particularmente en lo que respecta a reservas y acceso a centros de test, especialmente dado que estos plazos pueden variar según la ubicación.
Los viajeros deben asegurarse de realizarse los tests con antelación y cumplir con este nuevo requisito para evitar cualquier inconveniente a su regreso a Francia. Además, aquellos que no se ajusten a esta regla corren el riesgo de ser rechazados en el acceso al territorio francés.
Un verano bajo vigilancia #
Con el aumento de los casos de COVID-19 en estos dos destinos y la llegada de la variante Delta, el verano de 2021 se presenta bajo alta vigilancia. Las autoridades sanitarias seguirán atentas a la evolución de la situación. Esta vigilancia permitirá sin duda anticipar eventuales nuevas restricciones, con el objetivo de proteger tanto a los viajeros como a la población francesa.
En resumen, aunque varios países europeos han comenzado a relajar las restricciones, Francia ha decidido tomar medidas más prudentes ante el aumento de casos en ciertas regiones. Los viajeros deberán mostrar vigilancia y adaptarse a estos cambios para disfrutar plenamente de sus vacaciones, respetando al mismo tiempo las recomendaciones sanitarias.