El final de la temporada turística promete adelantarse en Tailandia y Filipinas tras una excepcional ola de calor

Un fenómeno climático disruptivo

Tailandia y Filipinas, dos joyas del turismo en el sudeste asiático, se enfrentan a una ola de calor sin precedentes. Provocado por el fenómeno de El Niño, este aumento de temperaturas alcanzó récords que impactaron significativamente la vida cotidiana y el fin de la temporada turística. En Bangkok, las temperaturas se acercaron a los 52°C, lo que obligó a las autoridades a recomendar el confinamiento en interiores. En Filipinas, las temperaturas cercanas a los 47°C obligaron incluso al cierre de muchas escuelas.

Consejos para turistas durante las olas de calor

Si te encuentras en estas zonas o estás planeando un próximo viaje, aquí tienes algunas recomendaciones vitales: mantente hidratado bebiendo mucha agua, limita tu exposición al sol durante las horas más calurosas y concéntrate en actividades bajo techo. Las autoridades locales también recomiendan el uso de protector solar y sugieren mantenerse alerta sobre la calidad del aire, que a menudo se degrada durante los períodos de mucho calor.

Impacto en el sector turístico

Tradicionalmente, la temporada alta en Tailandia y Filipinas es de noviembre a abril. Sin embargo, este año la ola de calor precipitó una caída del número de turistas. Los visitantes habituales durante este período optan por posponer su viaje o seleccionar destinos con climas más suaves. Los profesionales del turismo se ven obligados a adaptar sus ofertas, potencialmente desarrollando actividades adaptadas a un clima más cálido o reforzando el atractivo de la estación más fría.

Previsiones y mediciones a largo plazo

Los expertos en clima predicen que estas condiciones extremas podrían volverse más frecuentes, poniendo así en peligro no sólo el bienestar de la población local sino también la economía turística, un pilar esencial de estos dos países. Las inversiones en infraestructura resiliente al clima y planificación urbana que tengan en cuenta las temperaturas más altas se vuelven esenciales para permitir que Tailandia y Filipinas sigan dando la bienvenida a los turistas y garantizando al mismo tiempo su seguridad.