la granja de lavanda familiar de Michigan: un verdadero país de maravillas morado con sus jardines, sus platos de pescado y sus productos frescos

Bienvenido al corazón de Míchigan, donde una granja familiar se destaca como un verdadero refugio de paz, fragancia y color. Imagina un lugar donde los campos se tornan morados hasta donde alcanza la vista, donde paseos por jardines encantadores se combinan con la degustación de platos tradicionales y dulces artesanales. A poca distancia de las orillas del lago Míchigan, la granja de lavanda familiar Cherry Point Farm and Market invita a una inmersión mágica entre fauna, sabores y autenticidad. Este artículo te lleva a descubrir este país de maravillas moradas, desde laberintos floridos hasta mercados gastronómicos, sin olvidar sus famosos platos de pescado y su atmósfera única.

La granja de lavanda familiar de Míchigan: un verdadero país de maravillas morado

Situada no lejos de Grand Rapids, la Cherry Point Farm and Market es un verdadero joya agrícola desde finales del siglo XIX. Ubicada en el tranquilo pueblo de Shelby, cautiva a grandes y pequeños con su diversidad paisajística – un panorama raro en el Medio Oeste. Este sitio, a la vez granja y punto de encuentro, combina el patrimonio agrícola local con una creatividad ilimitada, entre tradiciones seculares e innovaciones alegremente florecidas. Verdadero centro de atracción para los exploradores amantes del aire fresco, la granja se distingue, al igual que los destinos mencionados en las regiones luminosas de Lauragais, por su capacidad de ofrecer una experiencia sensorial e inmersiva inolvidable.

Un laberinto de lavanda único en el mundo

Olvida el clasicismo y sumérgete en el laberinto de lavanda que atrae miradas mucho más allá del estado. Más que un paseo, es una auténtica caminata aromática de casi dos kilómetros de largo, envuelta por la suavidad de las flores moradas y la serenidad del lugar. Fruto de la imaginación fértil de Barbara Bull y el arquitecto Conrad Heiderer, este laberinto no busca atrapar, sino ofrecer un espacio de meditación y armonía con la naturaleza. En el centro, el espectáculo está a la altura del viaje: un imponente círculo de piedras protege un jardín de hierbas y flores organizado según una geometría sagrada, rodeado de 36 parterres que dibujan una estrella de doce puntas. ¡El lugar ideal para relajarse, meditar o simplemente perderse en la belleza! Entre mediados de julio y finales de verano, la lavanda en plena floración perfuma los caminos – un cuadro digno de una experiencia memorable en globo aerostático, pero al alcance de un paso.

Los jardines y huertos de ensueño de Cherry Point

La magia de Cherry Point no se detiene en su increíble laberinto. Los jardines de la granja se extienden pacíficamente, combinando cultivos alimentarios tradicionales con plantaciones florales más fantásticas. La riqueza de la tierra permite una diversidad asombrosa, entre huertos de cerezos centenarios y parterres aromáticos. Estos espacios bucólicos se asemejan tanto a una exposición viva como a un lugar ideal para una pausa zen en el camino. Los paseantes son seducidos por la fragancia embriagadora de la lavanda, la frescura de las hierbas y el brillo de las flores coloridas, cuando no se encuentran con un festival o una animación veraniega.

Festines de pescado y dulzuras del campo: un torbellino de sabores

Ya sea que vengas por los paisajes o por el placer del paladar, es imposible pasar por alto los delicias culinarias de Cherry Point Farm. Durante décadas, la granja ha deleitado a sus visitantes con pasteles irresistibles: legendarias tartas de cereza (¡recién cosechadas del árbol!), strudels, donuts, mermeladas caseras, sin olvidar los chocolates cremosos de fudge. En verano, el mercado está lleno de especialidades para llevar y recetas auténticas. En el menú: sándwiches rústicos, panes tibios, charcuterías… todo a menudo acompañado de la famosa mostaza de cereza.

Pero la estrella indiscutible sigue siendo el tradicional fish boil, un legado escandinavo cuidadosamente mantenido. Imagina: pescado blanco recién capturado del lago Míchigan, cocido al aire libre con papas antes de ser incendiado en un espectacular final con queroseno – ambiente cálido y convivencia garantizados alrededor del humeante caldero. ¡Perfecto para calentarse, incluso durante un viaje en invierno por las tierras nevadas de Míchigan!

Un mercado auténtico y productos exquisitos

El corazón palpitante de la granja es, por supuesto, el mercado artesanal. Se pueden encontrar, según las temporadas, productos frescos recolectados de las cosechas, mermeladas aromáticas, recuerdos artesanales, joyas, ropa de cama perfumada con lavanda, e incluso algunos libros escritos por la mano de Barbara Bull, verdadera embajadora del terruño local. Los visitantes alaban la calidad y originalidad de los objetos ofrecidos, lejos de los souvenirs kitsch habituales. Cada paso por este mercado es una nueva oportunidad para llevar una pequeña parte del país de maravillas morado a casa, exactamente como cuando se traen souvenirs de lugares mágicos alrededor de Aix-en-Provence.

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