Imagina un lugar donde el refinamiento de la Belle Époque se une a una elegancia contemporánea, donde el aire salino de la costa bretona invita a la ensoñación y la evasión. Ubicado en pleno corazón de Dinard, el hotel Royal Emeraude despliega sus encantos de antaño entre playas míticas, villas aristocráticas y un ambiente acogedor. Aquí, cada detalle es una promesa de viaje, cada instante saborea la dulzura de un arte de vivir redescubierto.
Sumérgete en un destino elegante y poético al cruzar las puertas del hotel Royal Emeraude en Dinard. Esta verdadera joya de la Côte d’Émeraude resucita la magia de la Belle Époque con todo el confort moderno, en el corazón de un balneario reconocido por su historia, sus villas fastuosas y sus playas legendarias. Decoración refinada al estilo de un gran transatlántico colonial, ambiente acogedor de grandes aventuras, vistas sobre el litoral mítico y momentos gourmet… Aquí, cada estancia promete un cambio total de escenario y una experiencia inolvidable.
Sumérgete en el universo Belle Époque del hotel Royal Emeraude en Dinard
Un viaje en el tiempo, a un paso del mar
En Dinard, el encanto se siente desde la llegada: las esplendores arquitectónicas de finales del siglo XIX conviven con las playas bordeadas de carpas a rayas, mientras que el viento marino completa esta escapada atemporal. Situado frente a la playa de l’Écluse y a un paso del famoso casino, el hotel Royal Emeraude se impone como un emblema de la Belle Époque, combinando elegancia, refinamiento y una atmósfera nostálgica. Justo lo suficientemente lejos de París – dos horas y media en TGV – la Côte d’Émeraude ofrece una escapada pintoresca ideal para una pausa iodada y relajante.
Para prolongar el viaje, descubre otros litorales excepcionales o playas secretas, como las de la Côte d’Émeraude en kayak, las calas escondidas de la playa de Granit Rose o incluso las playas más bellas cerca de París.
Un hotel sacado de una novela de aventuras
El Royal Emeraude no se limita a ser un simple alojamiento: es una invitación a soltar amarras y explorar nuevos mundos. Cada planta del edificio, una obra maestra nacida en 1892, revela una temática diferente dedicada al viaje. En la primera planta, se acumulan baúles antiguos y muebles Starbay para una estancia en el espíritu de un “gran transatlántico colonial”. Las habitaciones del segundo piso sumergen a los huéspedes en la atmósfera íntima del Orient Express, mientras que la última planta, inspirada en la aviación, rinde homenaje a Roland Garros a través de toques industriales y aeronáuticos en acero. ¡Un verdadero viaje sensorial te espera en cada piso!
A medida que paseas, déjate seducir también por la atmósfera tan británica del mobiliario: sillones de cuero muy cómodos, tapices cálidos y un salón inundado de luz. Aquí, cada rincón invita a la contemplación.
El arte de vivir a la balnearia
El Royal Emeraude reinventa el arte de recibir: el desayuno se saborea bajo una hermosa claraboya, inundada de luz y llena de encanto. Desde la tarde, llega la dulzura de vivir: el salón se transforma en un auténtico tea time donde scones, crema batida y una amplia selección de tés compiten en delicias. Imposible no sucumbir a este ritual cuidado típicamente británico… En Dinard, los placeres del paladar se conjugan con la belleza del litoral, y para los más curiosos, un desvío a la playa Bretagne de las Siete Islas o un recorrido por el litoral de Pas-de-Calais prolongarán el encanto.
Un refugio chic para una estancia con carácter
Desde el vestíbulo hasta las suites acogedoras, el Royal Emeraude celebra la unión entre elegancia de la Belle Époque y confort contemporáneo. Las tres suites espaciosas invitan a la relajación con sus salones acogedores y su atmósfera única, perfecta para escapar durante un fin de semana o un paréntesis romántico. Aquí, todo el encanto de la Côte d’Émeraude se ofrece a ti, en el marco de una dirección confidencial y personalizada.
¿Deseas prolongar tu inmersión? Dinard no ha terminado de sorprenderte con sus playas, sus villas y su arte de vivir. Una cosa es cierta: una estancia en el Royal Emeraude promete un cambio de escenario garantizado, entre modernidad, elegancia de antaño y placeres balnearios.